
En el corazón del corregimiento de San José de Oriente, en La Paz, municipio del departamento del Cesar, el aire huele a tierra húmeda y a la dulce promesa del cacao.
Bajo el sol abrasador, 87 familias campesinas tejen un futuro más verde, sostenible y lleno de esperanza gracias a un proyecto que ha cambiado la forma en que ven su tierra y su porvenir.
Aquí, donde los ecos del conflicto armado resuenan en la memoria, el cacao no es solo un cultivo: es un símbolo de paz, resistencia y prosperidad.

El Programa Colombia Sostenible, liderado por el Fondo Colombia en Paz y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha invertido más de $280 millones en esta iniciativa, que forma parte de un esfuerzo mayor por fortalecer el desarrollo rural y proteger los bosques en territorios PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial).
Los 280.0000 son la inversión complementaria. En total, en lo corrido del proyecto, de parte del FCP/PCS son 1.147 millones de pesos.
Así las cosas, la inversión definitiva que supera los $2.100 millones, incluyendo el sudor y el esfuerzo de las propias comunidades, el proyecto ha sembrado no solo 113.000 árboles de cacao y 10.000 maderables, sino también la semilla de un cambio profundo.
Osmalia Rojas, cacaotera y representante legal de Cacaoriente, da cuenta de los resultados de este proyecto de implementación de la paz. “Nuestra economía ha cambiado desde que estamos en este proyecto. Esto es una maravilla. Todo el mundo quiere sembrar cacao”.
Para ella y sus vecinos, los cajones y las marquesinas que usan en su diario vivir para secar el grano no son solo herramientas: son la puerta a un mercado que valora su esfuerzo, gracias al acompañamiento técnico de la Compañía Nacional de Chocolates, un aliado clave durante más de tres años. Empresa a la que, además, le venden su producto.

Wilmer Leal Pérez, director ejecutivo del Fondo Colombia en Paz, caminó entre los cultivos y escuchó las historias de las familias, durante una visita oficial llevada a cabo este viernes 16 de mayo. “Si no logramos transformar la economía de los territorios, difícilmente podremos hablar de paz”, reflexionó.
Leal anunció que el Fondo seguirá apoyando a la Asociación de Productores y Comercializadores de Cacao y otros Productos Agrícolas de San José de Oriente (Cacaoriente). “Vamos a vincularnos con PaisSana para certificar las fincas y fortalecer las alianzas con instituciones como el ICA. No basta con terminar un proyecto; hay que seguir acompañando”, aseguró.
El paisaje de San José de Oriente es un mosaico de cacao, árboles maderables y sueños. Los sistemas agroforestales que han implementado no solo generan ingresos, sino que protegen la tierra.
Mary Gómez, directora del Programa Colombia Sostenible, destaca que las familias firmaron Acuerdos Voluntarios de Cero Deforestación, cuidando inicialmente 174 hectáreas, pero su compromiso fue más allá: hoy resguardan 202 hectáreas. “Es un modelo que funciona: producimos, conservamos y construimos paz”, afirma.
Efraín Gutiérrez, técnico del proyecto, contó que “antes, los padres les decían a sus hijos que se fueran del campo, que no fueran como ellos. Pero el cacao está cambiando eso. Los jóvenes están viendo que el campo sí da, que es rentable. Queremos que se queden”.
Finalmente, Leal afirmó que “el Estado debe estar presente en los lugares más excluidos por el conflicto. Hablamos de un nuevo crédito con la banca multilateral, de un programa que haga de Colombia una potencia de la vida”.
